FLUIR

Siendo la palabra FLUIR una de las que con mayor frecuencia leemos
en los comunicados de nuestros Hermanos Mayores, deberíamos pensar que
esta, la de fluir, es la actitud básica recomendada para nuestro deambular
tridimensional.
Pero, claro, no siempre estamos seguros de haber comprendido, puesto
que no se nos ha dado una definición clara y concreta de en qué consiste
FLUIR. Por lo tanto, necesitamos verificar si lo estamos aplicando bien.
Para estar seguros, partiremos de lo conocido, de una base no egoica,
por tanto, consideraremos los principios de NO QUERER, SOLO ANHELAR y
también el de VIVIR EL AQUÍ Y AHORA.
Así, uniendo ambos principios en uno, ¿fluir sería  no buscar ningún
objetivo, no querer nada, no tener ningún programa más que el aquí y ahora e
ir improvisando cada acción, cada decisión sin ningún orden? Da la impresión
de que aquí falta algo más.
Porque nos preguntaríamos ¿fluir significa esperar a que la vida nos lo
presente todo en bandeja y vayamos improvisando nuestro camino según sus
caprichos a partir de las opciones disponibles? ¿No deberá uno procurárselas?,
¿todo lo ha de hacer “el destino” o “la vida”?
Es evidente que esta idea no se puede aplicar sin más y menos llevarla
al extremo, como sería el desentenderse de todo, el dejar de pensar, el dejar
de trabajar, abandonar toda tarea. Si hemos de anhelar solamente y no querer,
aun menos podremos aplicarla pues significaría incluso dejar de comer…
lógicamente, cualquiera de estas formas de actuar implicaría una buena dosis
de irresponsabilidad.

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